Entre tantas botellas, enólogos, sommeliers, representantes y aficionados a las bebidas espirituosas parecía difícil destacar, pero las marcas extranjeras que Cuba Ron S.A. distribuye en la Isla se distinguieron en la XVI Fiesta Internacional del Vino, celebrada en La Habana los días 1, 2 y 3 de octubre.
La firma Guran S.A. –de la lejana Georgia– vestía algunos de sus recipientes con extrañas fundas, semejantes a tradicionales ropajes del territorio caucásico. Cuba es uno de los pocos países latinoamericanos escogidos por ellos para promocionar sus bodegas Bagani, Pío Lima y Bagrationi, esta última especializada en vinos espumosos.
“En el mercado cubano existe una fuerte competencia; predominan los vinos chilenos, italianos y españoles que pueden ofrecer variantes menos caras, mientras que los elaborados en Georgia son costosos por el alto precio de las uvas, únicas en el mundo”, declaró Tornike Khurtsidze, vicepresidente de la empresa, en el Salón 1930 del Hotel Nacional.
Sin embargo, Guran S.A. pretende ampliar el poco conocimiento sobre la cultura vinícola de aquel país que se tiene por estos lares, e introdujo por la puerta abierta en Cuba Ron 29 tipos de vinos.
Muy cerca del stand georgiano los organizadores del evento ubicaron los productos de Miguel Torres S.A., una compañía cuyos directivos dicen sentirse como en casa cuando de Cuba se trata. Aunque posee bodegas en España, Chile y Estados Unidos la empresa se fundó en 1870 gracias al capital acumulado en la Isla por uno de sus iniciadores, Jaime Torres.
Cinco generaciones de la familia administraron la firma durante casi un siglo y medio. Hoy comercializa en más de 140 países vinos de distintas variedades –entre otros Viña Sol, Sangre de Toro, De Casta, Coronas, Atrium y Viña Esmeralda–, tiene nueve denominaciones de origen en España y ha sido catalogada por la prestigiosa revista británica Drinks International, como la “Bodega más admirada del mundo” en 2014 y 2015.
“Hace alrededor de 8 años comenzamos las relaciones comerciales con Cuba Ron, distribuyendo la marca Santiago de Cuba para el mercado europeo; este año introdujimos aquí casi siete contenedores con botellas de vino”, cuenta el representante Carlos Acosta Baquero. Él defiende el protagonismo de Bodegas Torres tanto en la inserción de los productos de la Isla en el viejo continente, como en la promoción de una “cultura del vino” en Cuba.
“Somos los pioneros, entre las bodegas más antiguas aquí, y nos interesa elevar el estándar de los vinos en el mercado que está creciendo, tanto en el turismo como en las mesas de las familias cubanas”, declaró.
Sobre la exportación de ron –distribuyen en España, Suecia, México, India y China, entre otros países– añadió que se debe recuperar un espacio cedido a productos nicaragüenses, guatemaltecos y dominicanos que gracias a buenas estrategias de publicidad se han posicionado en el mundo. Pero el “sello de Cuba” tiene grandes valores y en Miguel Torres S.A. lo saben, por ello trabajan en una alianza que aúne experiencias en la destilación de rones y el mundo del vino, para diversificar las marcas comercializadas en las aéreas de influencia de ambas empresas.
Según el directivo extranjero, las marcas Santiago, Caney y Cubay conforman un tridente fuerte, pero se pueden abrir líneas nuevas, sobre todo en el ámbito de las bebidas añejas y extra-añejas ahora en alza. “Allí hay que posicionar un producto diferenciado y los cubanos tienen la historia a su favor”, dijo.
¿Y por qué esa relación tan estrecha entre las Bodegas Torres y Cuba Ron S.A.? Carlos Acosta Baquero lo ve claro. “Nosotros, en el mundo del vino, nos sentimos como ustedes en el de los rones: los productores originales. Cuba Ron tiene a los maestros que saben hacer mejor la bebida. Nosotros una calidad y clientes que no se consiguen en tres días”.