Por Redacción Cuba Ron S.A.
Al sudeste de Cuba hay una ciudad que, además de ritmo e historia, carga en su patrimonio el nacimiento del Ron Ligero Cubano. Se trata de la hermosa Santiago, bañada en su costa sur por el mar Caribe, que cinco siglos atrás, sirviera de ruta al Almirante Cristóbal Colón (1451-1506), desde la Isla que él mismo denominó La Española.
Con él, y durante los años de conquista y colonización, se traerían al país los primeros plantones de la caña de azúcar, distinguiendo a nuestras tierras con su dulce sabor.
Primero, en producción rudimentaria fue un licor fuerte, obtenido del jugo de la caña y su fermentación; seguido por la transformación del guarapo en alcoholes, y más tarde en aguardiente, cuando el trapiche hizo en ingenios y centrales su irrupción.
Así fue el antecedente del Ron cubano ganando en transparencia y olor, hasta que en el siglo XIX la calidad alcanzada de destilación en destilación, lo convirtió en verdaderamente competente por la autenticidad de sus características.
¿Su origen?: nuestro suelo, los cañaverales, el viento, el sol, las mieles finales, el alcohol, los barriles y la herencia de un proceso tecnológico, que en la centenaria nave Don Pancho, garantizó las bases añejas para legitimarse en el tiempo.
De esta forma se logró un ron distinto, nacido de la hoy indómita ciudad que festeja sus 507 años de fundada como Villa, extendido a toda la Isla y el mundo con marcado reconocimiento internacional.
Leyendas de la centenaria Don Pancho
La Nave de añejamiento más antigua del país, ubicada precisamente en Santiago de Cuba y denominada como “La Catedral del Ron Ligero Cubano”, es además de historia, tradición.
Mística por las mezclas y secretos que añeja, la instalación es patrimonio de otra tierra patrimonial, donde más de un siglo de Saberes se heredan, defienden y transmiten de generación en generación. Perdurar la ha hecho más cubana y santiaguera, más legendaria y representativa de nuestra identidad cultural.
Por eso muestra sus virtudes a favor del tiempo. Por eso ni el poderoso huracán Sandy en el 2012 pudo moverle los toneles en los racket (estantes), ni romperle su vitrina con las muestras expositivas, ni desaparecerle el cuadro de Don Pancho -hallado intacto alrededor de 15 metros de allí-, a pesar de sí destruirle sus techos y paredes de zinc.
Siguió entonces alimentando la leyenda popular, pues tras el devastador desastre, se escuchó decir que "es tan fuerte el ron cubano que ni el ciclón pudo con él”.
Santiago del Tesoro, Isla de Cuba
Eminentemente cultural, Santiago de Cuba es simbiosis auténtica de nuestra identidad. Allí el Ron Ligero, además de ser fruto directo de sus riquezas y circunstancias, ha sido centro y motivo de importantes eventos, como el mundialmente conocido Festival del Caribe.
En él se han reunido para hablar del Ron, historiadores, arquitectos, Maestros Roneros y empresarios, quienes siguen apostando por la valía indiscutible del espirituoso nacional.
Igualmente, desde Santiago, han salido joyas líquidas como el Extra añejo Siglo y medio, con una producción limitada e irrepetible de 3 000 botellas en la Ronera de la ciudad; y en ocasión del 26 de Julio en 2013, un Extra añejo 60 Aniversario del asalto al Cuartel Moncada, celebró genuino y exclusivo la efeméride.
Para que no muera la historia, hay un Museo del Ron
Para seguir tras la huella del Ron Ligero Cubano, existe en Santiago de Cuba una institución histórico-patrimonial que recoge y conserva su historia. Es el Museo del Ron y visitarlo, afirman quienes lo han hecho, es una experiencia fantástica.
Allí se degusta un trago, y desde su sede actual, pasado y presente se entremezclan, al apreciarse por un cristal, ubicado en el pasillo de visualización, el proceso de producción en el área de embotellado de la Ronera Santiago.
Tres salas acogen su historia, donde inmigrantes catalanes, el puerto, el ferrocarril, los alambiques e ingenios protagonizan una narrativa que cobra vida hasta nuestros días.
Además de las antiguas producciones, incluye la data expositiva valiosa información de los Maestros Roneros y una réplica de la emblemática Nave Don Pancho, en un ambiente donde la música tradicional también encuentra su espacio.
Es Santiago, por tanto, cuna e historia de nuestro Ron, con el cual brindamos este 25 de julio en el aniversario 507 de su fundación.