
Por: Yahima Esquivel, embajadora de Cuba ante la UNESCO
Hoy presentamos el 1724 en la UNESCO en una velada muy bonita dedicada al patrimonio cultural de la nación cubana.
Ha sido un sueño, una creación genuina de las manos de los maestros del ron ligero cubano, portadores de una tradición identitaria de la nación cubana.
La mezcla cristaliza la historia y el saber acumulado de ocho generaciones de maestros roneros, depositarios de una herencia cultural y trasmisores de un saber...ese saber del cual nace el sabor líquido de lo cubano.
Escuchar a los maestros contar los detalles de su creación y encontrar en la mezcla los rasgos distintivos de nuestra nación y de nuestro pueblo es un viaje que va desde los cañaveral de nuestra isla hasta las místicas naves de añejamiento.
Esta mezcla recorrió toda la isla y en ella descansa las esencias sembradas en los barriles más antiguos de Cuba.
El 1724 acompaña la candidatura de los saberes de los maestros del ron ligero cubano a la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Me llena de orgullo haber estado muy cerca desde la idea inicial, desde su concepción...
1724 es el número que dio la UNESCO al expediente de candidatura de los saberes de los maestros del ron ligero cubano y por ello esta mezcla exquista de limitada tirada, sin fines comerciales, lleva su nombre.
