Santiago de Cuba, cuna del Ron Ligero, alberga en su seno algunos de los más grandes secretos de una de las bebidas espirituosas más importantes del mundo. La mayor parte de esos misterios, se resguardan en una de bodega en específico, que hace de Santiago y de ella en sí, la verdadera Catedral del Ron Cubano. Se trata de la Nave Don Pancho, la más grande del país en extensión y por cantidad de líquido añejado y donde continúan a buen resguardo, las “bases añejas” de rones más antiguas. Allí se elaboran, entre otras, las marcas Santiago de Cuba e Isla del Tesoro.
Ha pasado un siglo desde que Francisco Savigne Lombard, Don Pancho, comenzase a darle sentido al añejamiento de las bases de ron en barriles de roble blanco americano. Desde entonces, sus saberes y los de quienes le han seguido pasan de generación en generación entre los maestros roneros que la han habitado y algunos de aquellos barriles permanecen en la memoria, somos símbolo de un tiempo que pasa, a favor de esas mezclas, que le dan sentido a sus vidas y a una cultura toda, de su ciudad y de todo un país: la cultura ronera, esa que también forma parte de la identidad del cubano.
“Con el paso del tiempo en Don Pancho nos hemos vuelto mejores”, afirman los actuales celadores de la nave y sus productos. Hemos continuado aprendiendo, añejando, mezclando y sobre todo, cuidando con el mismo celo, a esos barriles y sus preciosos contenidos. El tiempo pasa y de generación en generación se legan saberes, cuidados y compromisos. A medida que pasa el tiempo algunos se despiden de la nave y otros llegan, mientras tanto, sus misterios, sus barriles, sus esencias, perduran y se vuelven, con el tiempo, sin dudas, mejores.
El tiempo va a favor del añejamiento y de las calidades del ron, ese producto final que sale de sus barriles, pero en realidad a favor del tiempo va una nave, que ha seguido allí, en la misma esquina de la avenida Michaelsen y el Paseo de Martí, a unos metros de la terminal de ferrocarril, vibrando ante cada tren que entra o sale, con el olor a mar del puerto, escuchando la trompeta china de la conga de los Hoyos, que sube y baja ese paseo con nombre de héroe, firme ante temblores y huracanes. Santiaguera, cubana, universal.
A favor del tiempo también ha ido una celebración, que ha sorteado pandemias y crisis para no olvidar que celebramos el centenario de una catedral de cultura e identidad: la del Ron Cubano. Por eso, luego de unos meses de que comenzaran los festejos por la fecha y mucho antes de que se acaben, le recordamos al mundo, que luego de 100 años, la Nave Don Pancho, sigue A Favor del Tiempo.
Un centenario que celebramos A Favor del Tiempo
La nave Don Pancho cumplió 100 años de vida en noviembre de 2021. Por cuestiones asociadas a la Pandemia de la COVID´19, los festejos por la fecha se programaron para el segundo semestre de 2022, cuando ha mejorado la situación, tanto en Santiago de Cuba, como en el resto del país y la región. De tal manera, coincidirán los festejos por el aniversario con el Festival del Ron Ligero, en Santiago de Cuba, dedicado a la conmemoración.
La mayor parte de los festejos tendrán lugar en la provincia de Santiago de Cuba, como protagonista de este acontecimiento. No solo por la cuna del Ron Ligero, sino por acoger con orgullo, desde hace 100 años los predios de la nave Don Pancho y lo que es hoy la Ronera Santiago de Cuba, ubicada en una de las zonas más históricas y populares de la ciudad. La Bodega Don Pancho es orgullo de sus trabajadores y toda una provincia del oriente del país. Ellos serán los protagonistas fundamentales de una campaña que nos recordará la importancia del tiempo, el cuidado, la perseverancia y el saber en la conservación y promoción de un producto que es identidad, patrimonio y orgullo de nuestra nación.
Un poco de historia
A principios de la década del 20, del siglo XX, en la intersección de la Ave. Michaelsen y Paseo de Martí, fue construida una gigantesca nave para el almacenamiento de azúcar. En ese entonces, su dueño ¨Cendoya y Cia.¨, la tenían en desuso a raíz de la crisis que se experimentaba recién finalizada la I Guerra Mundial, y cuyo período fue conocido en Cuba como el de las ¨vacas flacas¨. Su ubicación, tamaño y condiciones la hacía excepcional para su fin, al estar situada cerca del puerto santiaguero y con conexión al ferrocarril a través de un ramal que entraba diagonalmente al almacén para carga y descarga, con un piso a nivel para los carros transportadores.
El Director del Museo del Ron Santiago de Cuba, Carlos Edgar Martínez Bueno, nos recuerda que las condiciones de la nave, ante la situación de crisis económica imperante, que por supuesto afectaba a sus dueños y proximidad a la fábrica de ron Bacardí, conllevaron a que en 1921 fuera adquirida por Don Emilio Bacardí Moreau, hijo y primer sucesor en la dirección de esa empresa de su padre Don Facundo Bacardí Massó a raíz de su muerte en 1886, para destinarla al añejamiento de las bases de ron, en barriles de roble blanco americano.
“A partir de la compra de la instalación fue nombrado como primer administrador al Sr. Francisco Savigne Lombard (1869 – 1940), apodado cariñosamente como Don Pancho, epíteto que desde entonces registra como nombre este local. Savigne Lombard estaba emparentado por vía materna con Elvira Cape Lombard, lo que le hacía acreedor de una confianza absoluta. Se le reconoce además haber sido miembro del Ejército Libertador Cubano y al terminar la contienda bélica ostentaba el grado de Capitán de Primera”.
Es significativo -precisa- como sus cualidades personales, moral intachable, responsable y respetado por todos no solo le hacen instituir una línea de trabajo para ese momento, sino que se convertirá en el paradigma de todos los que le sucedieron en esa responsabilidad. A partir de la desaparición física de Don Pancho, continuaron, con el mismo rigor, abnegación, celo, respeto y amor:
1921 - 1939 Francisco Savigne Lombard
1939 - 1956 Armando Garrido.
1956 - 1974 Francisco Ayala Caro
1974 - 1990 Ramón Mourlot Sánchez
1990 - 2000 José Antonio Sosa
2000 - 2005 César Ortega Martínez
2005 - 2009 Lorenzo Lambert Fernández
2009 - César Ortega Martínez
“Todos ellos han logrado que hoy, en los inicios de este siglo XXI, Santiago de Cuba, en particular, y Cuba de manera general, pueda contar con lo que se ha denominado como ¨La Catedral del Ron Cubano¨, almacenando, custodiando y enriqueciendo día a día un producto más de la rica cultura cubana”.